martes, 14 de septiembre de 2010

LECTURA DE CONTEXTO
CULTIVO DE ÑAME EN LAS RIVERAS DEL SINU

RIO SINU

CIENAGA GRANDE DE LORICA EN EPOCA DE VERANO

FINCA GANADERA DEL SINU


LA HIDROELECTRICA URRA, ATENTADO CONTRA LA NAURALEZA Y LAS ETNIAS, EMBERA Y SENUES.


http://www.youtube.com/watch?v=Wh3PjSjexsA

La Ciénaga Grande del Bajo Sinú es un cuerpo de agua formado gracias a la dinámica hídrica entre el complejo de lagunas y la cuenca media y baja del río Sinú, mediante un conjunto de caños ubicados en la zona baja del valle de dicho río, antes de que éste forme un delta para desembocar en el mar Caribe. La ciénaga, gracias a su conexión con el río, se convierte en determinante clave de la vida de los municipios que la rodean debido principalmente a dos razones: su función amortiguadora del nivel del río en la época lluviosa, de abril a noviembre, que evita las inundaciones excesivas en invierno; y la condición ecológica que obtiene gracias al intercambio de aguas entre ecosistemas de tipo léntico (las lagunas) y lótico (el río), convirtiéndose en un hábitat que alberga gran variedad de fauna y flora, históricamente aprovechadas por los habitantes sinuanos, que han desarrollado toda una economía a su alrededor.

El complejo cenagoso del Bajo Sinú forma un ecosistema que puede clasificarse como estuario positivo, presentando un exceso de agua dulce y una alta producción orgánica, mientras que hay poco oxígeno en el fondo, que en algunas zonas alcanza los 5 metros y medio pero que en promedio es poco profunda. De acuerdo con el IDEAM (1998) se divide en dos clasificaciones, una parte de ciénagas de agua dulce permanente, es decir cuerpos acuosos de poca profundidad y niveles que varían dependiendo de las lluvias y el caudal del río; y las zonas cenagosas con pantanos, o áreas planas pertenecientes al área de inundación, temporalmente cubiertas de agua, con niveles freáticos altos y elevada presencia de sedimentos orgánicos que propician una vegetación y ecosistemas únicos.

Este país encantado de las aguas, o Sheinú2, antiguo territorio de los zenúes, albergó a esta cultura por aproximadamente 2000 años, desde el 800 a.C hasta el 1200 d.C. Se dividía en tres grandes provincias: Zenufana, Panzenú y Finzenú. Esta última correspondía al valle del río Sinú y era el centro religioso de la cultura. Sus habitantes eran orfebres y artesanos y tejían hamacas, chinchorros, vestimentas y mantas con algodón, logrando obtener las materias primas y distribuir sus productos mediante el desarrollo de un sistema de intercambio a través de las rutas acuáticas, lo que permitió evolucionar su economía.

La riqueza y diversidad cultural de los habitantes sinuanos es el resultado de una evolución histórica enriquecida con la época precolombina, la llegada de los españoles, la esclavitud, la explotación francesa y norteamericana, la inmigración sirio libanesa, la influencia antioqueña, y la alta presencia indígena. La artesanía producida en estos municipios es cada vez más reconocida en el ámbito nacional. El sombrero vueltiao, producido con fibra de caña flecha principalmente en el Resguardo de San Andrés de Sotavento, es uno de los símbolos populares más reconocidos por los colombianos. Otros productos como cestería, hamacas, canastos y esteras, entre otros, se tejen con fibras de iraca, enea, cepa de plátano, junco y bejuco. La orfebrería en oro, plata y piedras heredada de los zenúes se mantiene por generaciones entre las tradiciones de los cienagueros, así como la cerámica, la talabartería y la talla, en piedra, en hueso, totumo, madera o coco. Haciendo honor a su identidad sabanera y sinuana, todos los municipios de la Ciénaga celebran las Fiestas de la Corraleja.

La actividad económica de los municipios con jurisdicción sobre la Ciénaga Grande del Bajo Sinú se concentra en la pesca, la agricultura y la ganadería. En pastos se ocupa la mayor proporción de área de los municipios a pesar de que su impacto en términos económicos no es tan grande debido a la baja capacidad de generar empleo. El tipo de suelo se convierte entonces en determinante de las labores productivas. Los suelos que circundan la Ciénaga Grande del Bajo Sinú son planos con pendientes de hasta 3%, el resto de terrenos no inundables alcanza una pendiente de 7% y presenta un paisaje de pequeñas colinas, en las que se alternan potreros con cultivos agrícolas.
http://www.gratisweb.com/embera_katio/

Desde su construcción a finales de los 90s y posterior entrada en funcionamiento en febrero del 2000, la Hidroeléctrica de Urrá alteró la dinámica hídrica del río, ya que su caudal se regula desde la parte alta, en donde se ubica la represa, y de acuerdo a la demanda energética, generando lo que los campesinos llaman comúnmente el ‘yo yo’, es decir que los niveles del río, y en consecuencia de la ciénaga, suben y bajan de un momento a otro, bien sea en invierno o en verano. A pesar de ser un regulador artificial de sequías o inundaciones, los habitantes de zonas de ciénagas se quejan de lo impredecible del asunto, en especial porque como ya se mencionó antes, históricamente se han utilizado los playones de la ciénaga que se secan en el verano para cultivos temporales, que en ocasiones se han visto estropeados por subidas repentinas del nivel del agua.
Así mismo se ha criticado el impacto ambiental que tiene la ubicación de la represa en la zona alta de la cuenca del río Sinú debido a que las especies reofílicas como el bocachico migraban aguas arriba para el desove inclusive más allá de la situación actual del embalse que ahora se ha interpuesto en su camino. A pesar de las quejas y el malestar entre los pescadores, que ven disminuido el recurso íctico, URRÁ y la Universidad de Córdoba (2006) sostienen que la dinámica reproductiva y demográfica se ha mantenido estable, en parte gracias al repoblamiento hecho por la empresa entre 2001 y 2005, según el cual los desoves de los peces reofilicos (principalmente bocachico, barbul, dorada, bagre blanco) ocurrieron entre 3.9 y 103 kilómetros aguas abajo de la hidroeléctrica, especialmente durante el mes de mayo, que también registró la mayor frecuencia reproductiva (número de días con ictioplancton) y abundancia de ictioplancton. El ingreso de ictioplancton a la Ciénaga Grande del Bajo Sinú se estimó en 918.43 millones de larvas (diminuyendo 49.0% con respecto a 2005 pero aumentando 67% con respecto a 2004). La pérdida de especies total que debía entrar a la Ciénaga Grande del Bajo Sinú por el caño Aguas Prietas se estima en 0.61%, mientras que la mortalidad en este caño alcanza el 68.1%. Al respecto, el estudio sugiere que una de las características reproductivas de los peces reofilicos, es la elevada mortalidad en las etapas iniciales de su ciclo de vida, por lo que es posible que la mortalidad del ictioplancton registrada durante 2006 este motivada por acciones antropogénicas.

En su condición de humedal, el complejo cenagoso del Bajo Sinú sirve como refugio de flora y fauna, específicamente de especies de peces como el bocachico, blanquillo, moncholo, yalúa y la mojarra amarilla. Aún pese la tala de bosques asociados a este ecosistema, todavía persisten algunos árboles nativos como pimientos, dorados, naranjuelos, higos, robles y campanos. El entorno es también ideal para babillas, tortugas hicoteas, el chavarrí, los patos pisingos, el manatí y el tití, todas amenazadas por la acción del hombre, y la presencia de aves como el colibrí y algunas especies migratorias como el barraquete, el águila pescadora, chorlitos, gaviotas, turpiales y golondrinas.

A pesar de la legislación ambiental existente, estas y otras especies continúan siendo perseguidas bien sea para el sustento diario de la población, o para su comercialización para uso como alimento, ornato, mascota, entre otros. Inclusive las tradiciones populares tienen fuerte impacto sobre la conservación de la fauna y la flora, como es el caso del gavilán bebehumo macho, que es cazado y vendido por 5000 pesos (en Chimá) con la intención de cruzarlo con gallinas y obtener gallos de pelea finos. No hace falta profundizar en los casos de los huevos de iguana, que son retirados del animal vivo, o de la costumbre de comer
hicotea en semana santa y cocinarla viva.

Por otro lado, en el año 2000, la Comisión Mundial de Presas ratificó los graves impactos que las presas producen en la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos y en las poblaciones afectadas, millones de personas sin rostro obligadas a desplazarse en nombre de un progreso injusto e insostenible. Ese mismo año se llenaba la presa Urrá I sobre el río Sinú, en el Resguardo de los Embera Katío, en Colombia. Culminaba un proceso que, desde 1963, conllevó graves violaciones de los derechos humanos de este pueblo: desplazamientos por inundación de tierras, extinción del pescado en sus ríos, incremento de enfermedades tropicales, asesinatos, secuestros y decomiso de bienes por parte de los grupos armados ilegales (paramilitares y guerrilla) y del Ejército.
En 2001, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares a favor del pueblo Embera Katío y ordenó que se investigara y juzgara a los responsables de estas violaciones. Pero las medidas no llegan y el resguardo sigue en medio del fuego cruzado de intereses y actores armados. ( http://camaemka.org/index.php?option=com_content&view=section&layout=blog&id=11&Itemid=61)


Urrá fue la oportunidad de la clase política de Córdoba para lucrarse del bien común de los colombianos.
Las reservas culturales y políticas que representan los indígenas, la afectación del Parque Paramillo, el capital natural y humano de miles de campesinos desarraigados, la vulneración de leyes y la enorme deuda que fue finalmente asumida por los colombianos, siendo los bienes más significativos que fueron dilapidados por los dueños de este proyecto.
El costo que trasladó Urrá a los embera katío del Alto Sinú, fue aun más grande y desproporcionado: las mejores tierras fueron inundadas, el pescado, la principal fuente de proteína de la población se extinguió, la organización fue desmantelada y el liderazgo asesinado.
Todos estos factores y las indemnizaciones particulares, como medio de reparación ordenado por sentencia de la Corte Constitucional (T 652 de 1998) no contribuyeron realmente a la reconstrucción social y económica de este pueblo; por el contrario, desarraigaron y desplazaron a muchas familias hacia las ciudades de Tierralta y Montería.
Si los impactos en su vida económica fueron drásticos, más graves fueron aún los impactos en la cultura y organización social, que ha puesto a este pueblo en la lista de aquellos que están condenados a desaparecer. (http://www.servindi.org/actualidad/6992 )

martes, 7 de septiembre de 2010

VIVENCIAS EN SEMINARIO DE INVESTIGACION

Este seminario me permitió afianzar muchos conceptos relacionados con investigación y me ofreció las herramientas teóricas y prácticas para la formulación y gestión de mi proyecto de investigación ( ANALISIS DE LA EDUCACION AMBIENTAL EN LAS INTITUCIONES PUBLICAS DE LA ZONA RURAL DEL MUNICIPIO DE LORICA-CORDOBA ).
Algunos puntos interesantes entre muchos a recordar son:
· Los logros que nos brinda el quehacer de la ciencia corresponde a procesos de esfuerzos colectivos de los investigadores que nos han precedido, y que distan mucho de ser simples casualidades o asuntos del azar.
· Toda ciencia posee el carácter de social, por cuanto los esfuerzos que van implícitos en su desarrollo tienden a explicar y mejorar la naturaleza de la realidad en la que el hombre se desenvuelve.
· El proceso de conocer nos conduce a precisar el quehacer investigativo, puesto que van íntimamente relacionados.
· La complejidad de la realidad, sea natural o humana, obliga al sujeto cognoscente o investigador a utilizar diferentes estrategias e instrumentos para aproximarse a una explicación certera a cerca de esa realidad que anhela conocer, describir, comprender o explicar. Estas estrategias e instrumentos combinados originan los modelos o tipos de investigación, que se determinan en atención al objeto de estudio y a la finalidad que se aspira alcanzar.
· Aun cuando se reconoce que existen diversos tipos de investigación de acuerdo al objeto de estudio, se mantienen vigentes dos enfoques tradicionales: cuantitativo y cualitativo.